TOSCANA

Piazza Anfiteatro en Lucca

LA TOSCANA
Privilegiada tierra esta de la Toscana que siempre es una fiesta. Una fiesta para los ojos y para el espíritu. Su paisaje ondulante, los olivos y los cipreses invitan a la tranquilidad y al sosiego. Entre sus principales atractivos se encuentra el hecho de que estos lugares han cambiado muy poco, casi nada, desde finales del siglo XVI. Cuando entran en escena los ciudadanos con sus trajes medievales, sus mercados, herramientas, banderas, tambores, música y escudos, de repente, te trasladan a otra época, como nos pasó en Volterra, con la salvedad de que, pocos minutos después, se rompía el hechizo cuando entramos en una trattoria para comer viendo un partido de fútbol. Pocos lugares tienen un patrimonio arquitectónico gótico y renacentista tan bien conservado, con lo cual resulta una delicia pasear por los calles de pueblos como Lucca, Siena, Volterra, Pienza y San Gimignano. Esto es lo que hicimos. Y si a ello le añadimos el placer de tomar un café contemplando frescos renacentistas, el encanto es completo.
Si os parece que exagero, tengan en cuenta que con sus 22.990 m2 Toscana tiene seis lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: los centros históricos de Florencia, Pienza, Siena, San Gimignano, la Plaza de la Catedral de Pisa y el Valle de Orcia.
El valle de Orcia es un reflejo excepcional de la manera en que el paisaje fue re-escrito en los tiempos renacentistas para reflejar los ideales del buen gobierno y para crear unas imágenes estéticamente atractivas (criterio iv)