SERENIDAD Y ARMONIA
“Hay que velar por uno y
cuidar de la mente como si fuera la más preciosa de las orquídeas”, nos dice
Ramiro Calle en uno de sus artículos en el suplemento ES de La Vanguardia. Pues bien, eso mismo es lo que intentan un grupo de personas que varias veces a la semana
se reúnen en el Club Junior para practicar Yoga, bajo la atenta dirección de
Mireya Olmo que deja patente que tan importante es lo que se practica como la
persona que lo enseña.
Toda sus prácticas incluyen
unos minutos de silencio, varios asanas, la obligatoria inversión y la
relajación o meditación al final de cada una de sus clases. Presta especial
importancia a la respiración. Cuando se termina la sesión es indudable que
todos sentimos una especial sensación de serenidad y armonía que, a cada uno, a
su manera, ayuda a enfrentarnos no sólo a las situaciones que nacen de la
diarias tareas sino a las luchas que nacen de nuestro interior.
No tenemos palabras para
agradecer a Mireya la labor que está haciendo y desde ya, echaremos de menos su
temporal ausencia, por razones de maternidad.
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