Wednesday, January 19, 2011

LA SAGRADA FAMILIA

 
Posted by PicasaA partir de la la visita de Benedicto XVI, el templo de la Sagrada Familia de Gaudí se ha revitalizado. Las visitas a este templo, incluyendo las locales, se han incrementado y la figura de Antonio Gaudí ha adquirido nuevas dimensiones.
Con la visita de Benedicto XVI en una ceremonia que incluía tanto el catalán como el castellano, dio un ejemplo de equidad lingüística y de comprensión histórica de la realidad catalana.

Del ”National Geographic Magazine” (Extractos)
. My client is not in a hurry," Antoni Gaudí used to say. The pious architect was speaking of God, explaining why the Roman Catholic Sagrada Família church was taking so long to complete. Nearly a century later it remains a work in progress—a dream of spires and ornate facades rising hundreds of feet above downtown Barcelona, drawing the eyes (and euros) of some two million visitors a year. This November Pope Benedict XVI consecrated it as a basilica. A final completion date of 2026 appears likely. And if history begets history, the time is ripe to reappraise Gaudí's epic endeavor—and the prescient ideas behind it.

Adrian Bejan says the facades of the Sagrada Família are based on the golden ratio, the geometric proportion "behind all aesthetically pleasing art." The distinguished professor of mechanical engineering at Duke University, whose "constructal law" states that design in nature is a universal phenomenon of physics, calls Gaudí a forebear and a "tightrope walker on the line bridging art gn='middle' border='0' />

2 Comments:

Blogger Carlos Calvimontes said...

You can see:
http://exapenta.zxq.net/GOLDEN.html
http://exapenta.zxq.net/CALVIMONT.html

2:16 PM  
Blogger Pedro Baques said...

El alma se serena
Los cánticos y el acento catalán de la liturgia demostraron que existe una singularidad cultural
Una vez estuve hablando con Jordi Pujol de Benedicto XVI. Yo acaba de regresar de Roma, donde escribí sobre su elección, y el expresident quería que le hablara del personaje. Más que un antirelativista, le dije, es creyente. Cree en la verdad que defiende y no acepta el dogma relativista que exige desprepocuparse del sentido de la vida. Le caricaturizan como inquisidor, pero Ratzinger nunca se olvida de abanderar los valores de occidente: razón, humanismo, libertad. Sostiene que tales principios llegan a la modernidad por vías cristianas: por la radicalidad evangélica y por la síntesis paulina entre Jerusalen y Atenas.
De Ratzinger estuve hablando con Pujol hasta que la conversación nos llevó a otros derroteros. En un momento dado, le pregunté: ¿Por que en sus largos años de Govern ha tenido tantas dificultades con el mundo de la cultura? Y, en una de sus clásicas fintas, el expresident repreguntó: “¿Por que cree usted que el valencianismo, encapsulado en la universidad, no conecta con la clase media valenciana?”. Pujol mismo contestó: “El fusterismo despreció las fallas y se burló de la Geperudeta, de la religiosidad popular”. No pude más que darle la razón. Joan Fuster, el Voltaire de Sueca, tan culto y agudo, fue, sin embargo, presa de un prejuicio: despreció el legado religioso, uno de eslabones de la continuidad cultural. Algo parecido creo percibir en Galicia. La fuerza del PP gallego, tan distinto del madrileño, sólo puede explicarse por la religiosidad popular. Una religiosidad que el Bloque rechaza con visceralidad y con la que el PSOE trampea en la política, pero desprecia culturalmente. La iglesia gallega, sin embargo, no ha salido sin rasguños de la protección política de estos días: para ser más creible, más “benedictina”, debería liberarse del César gallego.
Por lo que me cuentan algunos amigos que estaban en la Sagrada Familia y por lo que pude ver desde Santiago por televisión, alrededor de la visita papal reverdecieron en Barcelona algunas virtudes genuinas. Sin necesidad de abrazarse al César, los cánticos y el acento catalán de la liturgia demostraron que existe una singularidad cultural catalana que se traduce también en el ámbito eclesial. Flotaba en el ambiente el eco de una tradición católica que siempre ha dialogado con la modernidad; el eco de una religiosidad que (como prueba Gaudí) no es incompatible con la ambición intelectual. Quizás los anticlericales catalanistas redescubrieron ayer que la lengua catalana no habría sobrevivido de no haber sido usada durante siglos en las parroquias.
Una parte significativa de los catalanes protestó bastante contra el Papa y esto también enriquece la visita. El ágora es el ágora. El éxito (relativo, sí, pero éxito) de la visita de Benet XVI a Barcelona demuestra que, en plena crisis económica y de valores, los sectores proactivos de la sociedad catalana han percibido, incluso sin necesidad de compartir la fe, que las reflexiones de Ratzinger sobre Europa, la vida o la transmisión familiar pueden contribuir a serenar una sociedad que lleva años corriendo a toda prisa sin saber muy bien adonde va.
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20101108/54065849574.html
Antoni Puigverd

10:39 AM  

Post a Comment

<< Home