REFLEXION OTOÑAL
Estos días otoñales son propicios para la reflexión. Nos acompaña el cambiante color de las hojas y la lentitud con que caen y pintan el paisaje.
He terminado de leer “Ebro 1938” de Rubén García Cebollero. Me ha entristecido. No es, para mí, un libro más sobre la guerra, sino un libro más contra la guerra. En el fragor de la batalla, Rubén nos recuerda la vida de su pueblo en paz, no muy distante de mis recuerdos de adolescente. “Ir a regar los huertos, recoger tomates, lechugas y patatas… mientras el trigo crece y las uvas asoman en las viñas. Asistir al milagro de la elaboración del vino, pisar las uvas, dejar que nazca el vino. Ir a pescar, Atravesar los campos, contemplar los cielos…Vivir conforme a lo heredado, conforme a la naturaleza, sin más necesidad que el aire de los campos y un humilde lugar de descanso junto a la laboriosa tierra…”
Y vuelta a la guerra.
“si en cualquier lugar del mundo es cruel una guerra civil, imagina en España. Todos tenemos razón, Podríamos defender lo contrario de lo que defendemos y seguir teniéndola.”
Ahora nos destruimos de otra manera. El alcohol, la droga, el tabaco, el botellón, los accidentes de tráfico, el cambio climático, etc. Ante el cáncer o una grave enfermedad, la ciencia médica nos salva la vida, mientras una simple infección “hospitalaria” nos puede llevar al borde de la muerte, como me sucedió recientemente. Los que sobrevivimos nos podemos considerar afortunados. Hemos vuelto a nacer y la vida se nos abre con nuevas esperanzas y nuevas perspectivas. Ahora la vemos con ojos diferentes y pasamos por alto todos los chismes que transmiten nuestras televisoras. Nos entusiasma como nunca la música y los programas que nos invitan a reflexionar. La lectura adquiere nuevas dimensiones y nos compenetramos con las vivencias que el autor nos quiere transmitir o las historias que nos quiere explicar. Descubrimos el placer de escuchar una coral o el violín de Nigel Kennedy o la música de jazz de Brad Mehldau
A tono con lo que estoy diciendo, me permito brindarles unos extractos de Manuel Castells (Mas acá de la muerte, LV 31/10/09) que explica con maestría lo que no atiendo a describir. Rubén siempre me dice: escribe, pero lo único que hago es “cortar” y “pegar”:
“El caso es que, con frecuencia, salimos adelante de lo que hace no mucho era poco menos que el anuncio del fin. Y lo que me parece más significativo es el cambio de mentalidad de los supervivientes. En muchas personas el volver a nacer abre de repente perspectivas de vida antes no vislumbradas. El goce de lo cotidiano, la caricia del sol, la brisa en las hojas del árbol frente a la ventana, la sonrisa recuperada del ser querido, el bullicio de los niños, el olor del hogar, la alegría de sentirse vivo sin más.”
“De pronto nos recubrimos de un manto de comprensión y de distancia hacia lo que nos rodea porque el hecho de que nos rodee es lo que más importa. El tiempo se achata, el futuro se difumina y por tanto el correr en pos de algo que nunca llega pierde sentido. El sentido de la vida pasa a ser la vida que se siente, no una quimera que devalúa la vida tal como es, nuestra vida. “
“No conozco a nadie que haya pasado por esa experiencia de una enfermedad potencialmente mortal y no haya cambiado en su forma de sentir la vida para disfrutarla, minimizando lo que hay que hacer por obligación y buscando hacer aquello que de verdad se quiere. Eso se concreta de forma distinta según la gente. Para muchos lo importante es seguir viviendo como si nada, sin cambiar lo cotidiano, pero apreciando ahora todo lo que vale. “
“Otros buscan recuperar el tiempo perdido en los proyectos que les ilusionaban y siempre dejaban para después, ya fuese el pintar escribir o dar la vuelta al mundo en ochenta días. Algunos aceleran sus proyectos profesionales para hacer algo que les deje satisfechos antes del gran viaje. “
“En fin, también hay bastantes que se repliegan en la vida afectiva o en el cultivo de una espiritualidad íntima, como haciendo las maletas tranquilamente, instalándose en la serenidad. Lo cual contradice la cultura de nuestra sociedad que trata constantemente de exiliar la muerte de nuestra vida, como un tema tabú que evitar ("a vivir que son dos días"), a pesar de que se trata de nuestra única certidumbre. “
.“Hasta que llega la sorpresa en una imagen radiológica o en un dolor punzante que nos fulmina. Muchos mueren lamentando que no tuvieron tiempo de vivir de verdad. Pero aquellos que han vuelto al más acá suelen resurgir purificados por la experiencia, habiendo adquirido una sabiduría de vivir que embellece y da sentido al tiempo que les queda, poco o mucho.”
“Por eso lo que más deseo para usted es que no tenga que llegar a esa línea de fractura para saber apreciar la vida que tiene, tal como es, en todo el esplendor de poder sentirla. Ojalá pueda vivir cada día como si fuera el último pero sin angustia, con la tranquilidad de saber que probablemente aún nos queda mañana.”
Decía un poeta griego que no es posible identificar el mismo rio dos veces porque su agua es siempre nueva. Pensemos, pues, que a nosotros nos pasa lo mismo, somos seres mutantes, con una energía que no cesa de renovarse.
Inspiracion
Autumn Leaves, Kennedy
Get Happy, Mehldau
He terminado de leer “Ebro 1938” de Rubén García Cebollero. Me ha entristecido. No es, para mí, un libro más sobre la guerra, sino un libro más contra la guerra. En el fragor de la batalla, Rubén nos recuerda la vida de su pueblo en paz, no muy distante de mis recuerdos de adolescente. “Ir a regar los huertos, recoger tomates, lechugas y patatas… mientras el trigo crece y las uvas asoman en las viñas. Asistir al milagro de la elaboración del vino, pisar las uvas, dejar que nazca el vino. Ir a pescar, Atravesar los campos, contemplar los cielos…Vivir conforme a lo heredado, conforme a la naturaleza, sin más necesidad que el aire de los campos y un humilde lugar de descanso junto a la laboriosa tierra…”
Y vuelta a la guerra.
“si en cualquier lugar del mundo es cruel una guerra civil, imagina en España. Todos tenemos razón, Podríamos defender lo contrario de lo que defendemos y seguir teniéndola.”
Ahora nos destruimos de otra manera. El alcohol, la droga, el tabaco, el botellón, los accidentes de tráfico, el cambio climático, etc. Ante el cáncer o una grave enfermedad, la ciencia médica nos salva la vida, mientras una simple infección “hospitalaria” nos puede llevar al borde de la muerte, como me sucedió recientemente. Los que sobrevivimos nos podemos considerar afortunados. Hemos vuelto a nacer y la vida se nos abre con nuevas esperanzas y nuevas perspectivas. Ahora la vemos con ojos diferentes y pasamos por alto todos los chismes que transmiten nuestras televisoras. Nos entusiasma como nunca la música y los programas que nos invitan a reflexionar. La lectura adquiere nuevas dimensiones y nos compenetramos con las vivencias que el autor nos quiere transmitir o las historias que nos quiere explicar. Descubrimos el placer de escuchar una coral o el violín de Nigel Kennedy o la música de jazz de Brad Mehldau
A tono con lo que estoy diciendo, me permito brindarles unos extractos de Manuel Castells (Mas acá de la muerte, LV 31/10/09) que explica con maestría lo que no atiendo a describir. Rubén siempre me dice: escribe, pero lo único que hago es “cortar” y “pegar”:
“El caso es que, con frecuencia, salimos adelante de lo que hace no mucho era poco menos que el anuncio del fin. Y lo que me parece más significativo es el cambio de mentalidad de los supervivientes. En muchas personas el volver a nacer abre de repente perspectivas de vida antes no vislumbradas. El goce de lo cotidiano, la caricia del sol, la brisa en las hojas del árbol frente a la ventana, la sonrisa recuperada del ser querido, el bullicio de los niños, el olor del hogar, la alegría de sentirse vivo sin más.”
“De pronto nos recubrimos de un manto de comprensión y de distancia hacia lo que nos rodea porque el hecho de que nos rodee es lo que más importa. El tiempo se achata, el futuro se difumina y por tanto el correr en pos de algo que nunca llega pierde sentido. El sentido de la vida pasa a ser la vida que se siente, no una quimera que devalúa la vida tal como es, nuestra vida. “
“No conozco a nadie que haya pasado por esa experiencia de una enfermedad potencialmente mortal y no haya cambiado en su forma de sentir la vida para disfrutarla, minimizando lo que hay que hacer por obligación y buscando hacer aquello que de verdad se quiere. Eso se concreta de forma distinta según la gente. Para muchos lo importante es seguir viviendo como si nada, sin cambiar lo cotidiano, pero apreciando ahora todo lo que vale. “
“Otros buscan recuperar el tiempo perdido en los proyectos que les ilusionaban y siempre dejaban para después, ya fuese el pintar escribir o dar la vuelta al mundo en ochenta días. Algunos aceleran sus proyectos profesionales para hacer algo que les deje satisfechos antes del gran viaje. “
“En fin, también hay bastantes que se repliegan en la vida afectiva o en el cultivo de una espiritualidad íntima, como haciendo las maletas tranquilamente, instalándose en la serenidad. Lo cual contradice la cultura de nuestra sociedad que trata constantemente de exiliar la muerte de nuestra vida, como un tema tabú que evitar ("a vivir que son dos días"), a pesar de que se trata de nuestra única certidumbre. “
.“Hasta que llega la sorpresa en una imagen radiológica o en un dolor punzante que nos fulmina. Muchos mueren lamentando que no tuvieron tiempo de vivir de verdad. Pero aquellos que han vuelto al más acá suelen resurgir purificados por la experiencia, habiendo adquirido una sabiduría de vivir que embellece y da sentido al tiempo que les queda, poco o mucho.”
“Por eso lo que más deseo para usted es que no tenga que llegar a esa línea de fractura para saber apreciar la vida que tiene, tal como es, en todo el esplendor de poder sentirla. Ojalá pueda vivir cada día como si fuera el último pero sin angustia, con la tranquilidad de saber que probablemente aún nos queda mañana.”
Decía un poeta griego que no es posible identificar el mismo rio dos veces porque su agua es siempre nueva. Pensemos, pues, que a nosotros nos pasa lo mismo, somos seres mutantes, con una energía que no cesa de renovarse.
Inspiracion
Autumn Leaves, Kennedy
Get Happy, Mehldau
2 Comments:
Hapier, after readin you. Thakns, you made my Sunday.
Feliz Año Nuevo, Pedro, Marcenia, con tus hijos. Gran alegría encontrarte por aquí. Un abrazo y mi afecto, para todos
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