LA TERCERA EDAD
La tercera edad, bonitas palabras para designar a la vejez. Otros, mas benignos, dicen que no hay vejez sino “juventud acumulada”. También se ha dicho que la juventud no es una edad de la vida sino un estado de espíritu.
Ahora leo a un psicólogo o educador que nos aconseja utilizar la sabiduría para hacer de la vejez una edad feliz. Que ese período merece ser uno de los más plenos y placenteros de la vida. ¿Dónde hay que apuntarse?
No podemos (o sí) luchar contra el cambio climático ni contra el hecho biológico. Nos ocupamos mucho de los aspectos económicos pero poco para prepararnos de las etapas que nos vienen encima. Se escucha por doquier lo que se espera de la “pensión” y de la “jubilación” pero muy poco de cómo amueblar ese nuevo piso con serenidad, prudencia y sabiduría.
Se van los hijos y al igual que a las mujeres nos cae encima el sentimiento de “nido vacío”.
Aprovecho pues los consejos que este escritor recoge, nos dice, de los antiguos libros sobre el buen envejecer y me los apunto, para mí y para ti, para que nos sirvan de brújula en nuestro diario quehacer.
1) Mantenerse activo mentalmente y físicamente.
2) No se intoxique de comodidad
3) Cuide sus sentimientos
4) Hable de cosas que interesan a los demás y escúchelos.
5) Cuide de alguien o de algo
6) Busque nuevas relaciones
7) Defiende su autonomía e independencia
8) Eduque la atención
9) LEA
10) Perfecciónese
11) Resignase a unas cosas pero rebélese contra otras.
Ahora leo a un psicólogo o educador que nos aconseja utilizar la sabiduría para hacer de la vejez una edad feliz. Que ese período merece ser uno de los más plenos y placenteros de la vida. ¿Dónde hay que apuntarse?
No podemos (o sí) luchar contra el cambio climático ni contra el hecho biológico. Nos ocupamos mucho de los aspectos económicos pero poco para prepararnos de las etapas que nos vienen encima. Se escucha por doquier lo que se espera de la “pensión” y de la “jubilación” pero muy poco de cómo amueblar ese nuevo piso con serenidad, prudencia y sabiduría.
Se van los hijos y al igual que a las mujeres nos cae encima el sentimiento de “nido vacío”.
Aprovecho pues los consejos que este escritor recoge, nos dice, de los antiguos libros sobre el buen envejecer y me los apunto, para mí y para ti, para que nos sirvan de brújula en nuestro diario quehacer.
1) Mantenerse activo mentalmente y físicamente.
2) No se intoxique de comodidad
3) Cuide sus sentimientos
4) Hable de cosas que interesan a los demás y escúchelos.
5) Cuide de alguien o de algo
6) Busque nuevas relaciones
7) Defiende su autonomía e independencia
8) Eduque la atención
9) LEA
10) Perfecciónese
11) Resignase a unas cosas pero rebélese contra otras.