TRES TITULOS: F,C, BARCELONA

Extracto de un artíuclo de La Vanguarida por RAMON SOLSONA | Barcelona | 25/06/2009


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"Hoy el amor está en el aire. Estamos perdidamente enamorados y lo que pudo haber sido un bolero desgarrado, como casi todos, se convirtió en otro mucho más tierno y dulzón: "Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones, contigo aprendí a conocer un mundo lleno de ilusiones, aprendí que la semana tiene más de siete días, a hacer mayores mis contadas alegrías y a ser dichoso... Yo contigo lo aprendí". Eso escribió y cantó el bolerista Armando Manzanero.

Contigo aprendí que el rigor es la base del triunfo. Rigor en la elección de los colaboradores, valentía para romper rutinas y renovar a fondo los hábitos de trabajo, control efectivo de todas las áreas que inciden en el rendimiento deportivo, minuciosidad en todos los detalles… No sabíamos que llevabas bajo el brazo un plan de trabajo revolucionario. Lo querías controlar todo y, hasta donde sabemos, así ha sido. Si tú decías que no se viajaba a Sevilla o a Valencia hasta el mismo día del encuentro, se te hacía caso y luego el marcador te daba la razón. Hoy todo el club está encantado de servirte. Por cierto, contigo aprendí también que la Junta Directiva es mucho más bonita cuando calla. Ahora que estás de vacaciones, alguien debería cortar la hemorragia verbal del presidente.

Contigo aprendí que no hay enemigo pequeño. Antes de las finales de Sevilla y Atenas el triunfalismo fue absoluto y nos pillaron desprevenidos. Esta vez llegamos a Roma tras una cura de humildad. A pesar de encadenar victorias y marcar goles a espuertas, nos has acostumbrado a ponderar ante cada partido las virtudes del rival. Tu los analizas todos y siempre te refieres por sus nombres a los jugadores del equipo contrario, sea el United, el Valencia, el Getafe o el Recre.

Contigo aprendí mucho de fútbol. Seguramente nunca los jugadores del Barça han ensayado tantos automatismos ni han memorizado como este año un manual de instrucciones tan completo. Improvisan menos de lo que parece y los socios más viejos coinciden en que nunca habían visto nada semejante. Han vivido épocas de oro y triunfos esplendorosos, pero no habían presenciado tanta belleza futbolística seguida. Antes de la triple corona era ya una opinión generalizada que, aunque no se ganase ningún título, nadie nos quitaría lo bailado. Lo de Roma, lo de Madrid, el repaso al Bayern o el zapatazo de Iniesta, todo eso es ya memoria resplandeciente.

Verano a la vista. Las tres matrículas de honor del final de curso nos alegran unas vacaciones menguadas por la crisis. Las refriegas por un quítame allá esos milloncejos no son más que ruido, la canción de todos los veranos interpretada por jugadores de póquer profesionales. Ellos a la suyo y nosotros a lo nuestro, enamorados hasta las cachas y mecidos por un ritmo sabrosón. Sí, contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones. Vamos a paladearlas tumbados a la sombra de los tres títulos. Sin prisas, con deleite. Que ustedes lo pasen bien. "



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VUELTA AL HOGAR

Hace meses que me blog está abandonado y, por ende, el contacto con amigos y familiares que, estimo yo, se dignan visitarlo para saber del último viaje y para ver nuestras caras más arrugadas. También quiero reanudar el viaje al mundo que me rodea a través del deporte, la literatura, la poesía y la política. Viaje que se ha visto truncado por una enfermedad que me mantuvo por más de tres meses hospitalizado. Entré en la clínica para una intervención prácticamente ambulatoria pero, de pronto, me vi atenazado por una infección de las llamadas “hospitalarias” que me mantuvo en la cama. Hospitalarias, digo yo, porque se hospedan en tu cuerpo y no tienen ganas de salir.
Poco a poco voy regresando al diario quehacer y ahora sólo me queda agradecer a todos los amigos y familiares que me visitaron por sus muestras de cariño y amistad. Incluyo aquí a los amigos que me visitaron procedentes de Venezuela: Jorge Uscategui y José Luis Gómez.
Gracias especiales a Marcenia que no me dejó ni un minuto y a mis hijos que se mantuvieron vigilantes y atentos. Natasha me recibió en la casa con un clavel y un olivo, la “pareja perfecta”, según ella. EL clavel como símbolo de paz y trabajo y el olivo como símbolo de la identidad mediterránea, según la nota que me escribió. Quería, dice, agradecer mi ejemplo de fuerza y constancia. Y sigue: “ te ofrezco el olivo por ser como tú, luchando con enorme vigor y constancia. “ Ahora es mi turno de cuidarlo y fortalecerlo, como a mi cuerpo, como a mi alma. Me pide que me una a la longevidad asombrosa de este pequeño árbol para llenar de paz y recompensas (como siempre he hecho) a todos los que están a mi lado. Y, finalmente, agradece mi valentía por salir victorioso de esta batalla. Y como hacían los griegos, me recompensa y corona con el olivo.
Menudo trabajo. Que Dios te oiga. Y que os bendiga a todos.